El pasado día 1 de Diciembre se celebró el esperado y más que merecido homenaje a nuestro hermano D. Rafael Corbacho Díaz.
El acto comenzó a las 13 horas en la Iglesia de Nuestra Señora del Pilar donde se dieron cita numerosas autoridades, decanos cofrades, familiares y amigos que quisieron agradecer y arropar con su presencia a nuestro homenajeado.
En el transcurso de la Eucaristía se le impuso la medalla y el título que lo convertía en Mayordomo de Honor de nuestra Hermandad de las Aguas.
Más tarde una representación de muchas hermandades de Cádiz se reunieron en el Baluarte de los Mártires para continuar con los honores; aunque nuestro distinguido Rafael Corbacho se sintió apenado al percibir que dos de sus predilectas cofradías, en las que dejó parte su alma no le acompañaban en este día tan importante para él.
La lírica y el cariño de un gran amigo, D. Francisco Moscoso, envolvió de nostalgia el corazón de Rafael y la de todos los asistentes enalteciendo los valores y el buen trabajo dispensado durante tantos años de nuestro ínclito hermano.
Dando paso al Sr. Presidente del Consejo Local de Hermandades y Cofradías de Cádiz, D. Martín José García, quien impuso la máxima distinción que un cofrade gaditano pueda obtener, el Senatus de Oro.
Posteriormente tomó la palabra el Director del Secretariado Diocesano para las Hermandades y Cofradías de Cádiz y Ceuta, D. Alfonso Caravaca, excusando la asistencia del Señor Obispo, Rafael Zornoza. Del mismo modo el Rvdo. P. Óscar González Esparragosa dió lectura a una carta del que fuera Obispo de Cádiz, Antonio Dorado. Como representación del Excelentísimo Ayuntamiento de Cádiz, D. José Blas Fernández, le rindió unas bellas palabras como modo de agradecer su dedicación y constancia en pro de la Semana Santa gaditana. D. Antonio Llaves dedicó un hermoso canto a la senectud en nombre de todos los cofrades veteranos. Y por último nuestro Hermano Mayor, D. José Manuel Silva González, participó con una sentida disertación y recordando a nuestra entrañable Pepi, que tantas veces fue nombrada en este magnífico día, evocando el cariño que dispensó a sus niños, como Ella los llamaba, de los cuales tres han llegado a ser Hermanos Mayores de su Hermandad.
Así aconteció tan extrordinaria e inolvidable jornada que sirvió para reconocer la humildad, la honestidad, el trabajo y la sensibilidad de una gran persona que regaló su corazón y su alma para ponerla al servicio de ésta, su Hermandad de las Aguas, y de todas las Cofradías de Cádiz.
O como bien resumiría Francisco Moscoso con pocas palabras pero con gran contenido intrínseco: «DANDO, ES COMO SE RECIBE».